Llegué a este mundo con un pincel debajo del brazo, que no un pan y comencé a dibujar antes que a hablar. Mi futuro se veía claramente ligado a la pintura. Pero la vida es canalla, sucia, perra, te lleva y te trae como a un pequeño barco en plena tempestad. Tratas de luchar, hacerte fuerte y que no se apropie de tu mente.
Actualmente trabajo en una ingeniería, las tareas que realizo no soy muy artísticas que digamos, pero es lo que paga las facturas. El poco tiempo que me queda lo dedico a pintar, a pintar por necesidad, porque algo dentro de mi me lo pide a gritos y si no lo hago soy como la triste sombra de una esquina a la que van a mear los perros.
A la hora de pintar mi musa es la mujer, no mi mujer, que también , lo son todas las mujeres, que con su feminidad, su sensibilidad, su fuerza, sus excitantes curvas y sus sensuales formas inspiran mi carne y mi alma.
Siempre me han atraído las líneas curvas, las aristas vivas, los grandes contrastes, el color blanco y el color negro, todo lo que origine un efecto visual perturbador.
El arte figurativo siempre ha estado presente en mi obra, tanto en pintura como en escultura, supongo que me dice más una figura que un cubo o un círculo.
No es fácil encontrar una explicación a lo que uno pinta, forma parte de ti, eres tú.
La vida te cambia, uno evoluciona con el paso de los años paralelamente a lo que pintas. Creces como persona y como artista. El entorno que te rodea influye en ti y necesitas absorber lo necesario en cada momento. La inquietud de tu mente te empuja a coger un lápiz, un papel, te lleva a escribir a pintar, a componer música, a saltar, a bailar, a cantar, a besar, a correr, a gritar, en definitiva, a expresarnos. Necesitamos expresarnos para sentirnos vivos. Es lo único que nos hace seres humanos y nos aleja un poco de lo cotidiano de la vida, de la sociedad que nos esclaviza y trata de borrar de nuestra mente toda espontaneidad y locura.
Sin lugar a dudas la locura está ligada al proceso creativo. Debemos estar un poco locos para encontrar algo nuevo, debemos experimentar, ser osados, irreverentes, malvados, perversos, para lograr sorprendernos primero a nosotros mismos y después a los demás.
Para expresarnos y crear sin perder el norte, como en cualquier tarea, es necesario organizarse, ponerse metas, buscar el equilibrio. Esa es la palabra clave "Equilibrio".
El espacio que nos rodea, nosotros mismos, estamos formados por minúsculas partículas de energía que cohabitan en perfecta armonía. En nosotros está, el mantener ese equilibrio, esa armonía.
Xermán Rodríguez.
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